En su manual de zonceras argentinas, Arturo Jauretche, explica con un ejemplo de Chubut, el concepto de valor agregado en el territorio y como se lograría diversificar nuestra matriz productiva. Si bien algunos hechos han cambiado desde entonces, la descripción de cómo opera esta zoncera en particular, mantiene toda su vigencia.
Retomando esa idea de que querían mejorar el perfil de la deuda y haber leído lo que se publico, aparece otra pregunta. ¿Realmente quería mejorar el perfil de la deuda o quería liberarse el gobierno de Arcioni del peso de la deuda sin importar el futuro?
Hoy vivimos una crisis mundial inédita y es sobre lo único que tenemos certeza. Nos sobran incertidumbres, y muchas son sobre nuestro futuro.
Vivir con lo nuestro, la consigna de la cuarentena para construir un día después.
La crisis económica y financiera de Chubut volvió a ocupar un lugar central en la agenda, tras los anuncios realizados la semana pasada desde la órbita nacional.
En la Argentina el impacto del brote del COVID-19 ha perforado todos los aspectos de las agendas. En lo fiscal nace un nuevo desafío que llega de la mano del impuesto extraordinario a la riqueza personal.
La salida aparecerá si priorizamos la consolidación y expansión de nuestros cadenas productivas, controlamos el gasto publico y mejoramos su impacto, le cobramos impuestos y tasas a los que más capacidad contributiva tienen y generamos nuevas actividades vinculadas con sustentabilidad social y ambiental.
