AQUELLOS FUERON LOS DIAS DE LA DIVERSIÓN

¿Comodoro era más divertida antes? Eran otros tiempos, otra época, pero se salía más y las fiestas tenían otras características a las actuales. Es así, o me parece a mí. ¿Ustedes qué piensan?

jueves, 28 de abril de 2022 - 12:01

Por Luis Luján Dancheff

 

“Noche en la ciudad… sábado.

Gente que viene  y que va… sábado.

Tengo un billete de mil… sábado.

Y chica para salir…

No, no me puedo quejar, llevo a mi chica a bailar,

Pero la farra acabó… sábado

cuando la cuenta llegó.

Y otra vez en la vía,

tirado en la silla de un viejo café”.

Parte de la letra de un clásico de la música pop de la Argentina de los 70, interpretado por Los Náufragos, cuyo líder y compositor era Francis Smith. Fue autor de numerosos éxitos comerciales, era el Rey Midas de ese entonces. Todo lo que tocaba se volvía éxito. Vaya si lo sabrán los Beatles de la Patagonia, nuestro Grupo Uno.

Pero no vamos a hablar de los grupos musicales de entonces, que lideraban las preferencias musicales y que comenzaban a mirar como paralelamente surgía el rock nacional con Los Gatos, Almendra, Vox Dei, Sui Generis, que  interpretaban sus propios temas, cantados en nuestro idioma.

Tampoco les voy a contar la historia del rock nacional. No, hoy no.

Desde hace algún tiempo me pregunto si este Comodoro, los que vivimos este Comodoro de hoy, somos menos alegres y divertidos que los comodorenses de los 70 y 80. Y si esto fuera cierto, por qué razón. No dejo de preguntármelo.

Siempre cuento lo que yo viví o conocí en mi adolescencia y juventud, poniendo como ejemplo la celebración de los carnavales, celebración que se perdió y que hoy está centrada en el desfile  de las murgas.

Yo recuerdo que en los 70 eran verdaderamente los “cuatro días locos” que cantaba Alberto Castillo y luego Los Auténticos Decadentes en los 90. En el centro de la ciudad había bailes en el Centro Catamarqueño (San Martín al 800), en el Salón Luso ( San Martín al 700), en el Cine Teatro Español (San Martín al 600), donde sacaban todas las butacas, colocaban mesas alrededor y el resto era pista de baile. Si bajábamos un poco más por la calle principal de Comodoro, llegábamos a la altura del 300, donde estaba el salón de Gimnasia y Esgrima, donde hoy están Yenny y el Draw Pool, sede que el club perdió hace casi 20 años. Pero el recorrido no terminaba ahí, en la cuadra siguiente estaba el Club Huracán, en el subsuelo de la galería San Martín. Y todos los salones tenían su gente, su público. Y cada uno presentaba números musicales diferentes. El más convocante era el carnaval de La Española –como se lo conocía- y para los grupos musicales de la ciudad era un gran privilegio tocar ahí. La orquesta local que recuerdo de esa época es la de Luis Marmo.

Los bailes de carnaval no eran solamente en el centro, sino en cada barrio donde había un salón había festejo. Recuerdo El 128 (hoy Castelli), Km.5, Km.8, Diadema, Astra. La celebración era en todo el pueblo.

Lo relatado es lo que sucedía en Comodoro durante los carnavales, muy diferente a lo de hoy en día. También había momentos para los más chicos con las fiestas de disfraces. Y ni hablar de las “guerras” con globos o bombitas de agua. En una ciudad que también tenía problemas de abastecimiento del vital líquido, pero igual se llevaban adelante. Combates a pie o con tambores de 200 litros cargados de agua y “bombitas” en camionetas y salida a recorrer el barrio a enfrentarse con otros vecinos.

Me pregunto si eso se perdió porque Comodoro creció y ya no nos conocemos todos, como en esa época. Es una posibilidad.

Pero no fue lo único que se perdió. Lo gremios dejaron de hacer sus fiestas y elección de las reinas, cuyas soberanas participaban luego de la elección de la reina de Comodoro. Y ni hablar de lo que era la fiesta del 13 de Diciembre, un evento maravilloso que se perdió en el tiempo. De esas fiestas recuerdo: Día del Panadero, del Locutor, del Peluquero, de los Gastronómicos, de la Enfermera, del Empleado de Comercio, de la Lana. Todas desaparecieron.

En cuanto al Día del Petróleo era la “gran” celebración de Comodoro. Carrozas que representaban cada uno de los yacimientos de la zona y reinas que llegaban de todo el país para participar. Claro, estaba Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Astra y Shell. El recorrido de las carrozas era seguido por miles de personas. Se celebraba la “riqueza” del pueblo, que era el petróleo.

También se traían equipos de fútbol de Buenos Aires, que jugaban contra combinados de fútbol local en el Estadio de YPF, hoy Municipal. Ahí ví al Boca campeón del 69, con Roma, Madurga, Sánchez, Rogel, Marzolini, Ponce. Ese día el “Tano” Nicolau pateó un penal y rompió la red. Justo estaba en el tribuna detrás de ese arco.

.Para mí también son inolvidables las caminatas por la San Martín los días sábados por la mañana, desde las 10 hasta las 13, hora en que cerraban los negocios y el centro quedaba desierto hasta el lunes. No se trabajaba durante las tardes, algo que cambió con el desembarco de Casa Tía, que abría todos los días. Volviendo a la caminata, siempre por la vereda del sol, se iniciaba en la Belgrano y llegaba hasta Güemes, con paradas obligadas en la galería Tower (San Martín al 400, donde hoy está La Compañía) o Casa Roselló, unos metros más adelante, casi Pellegrini. Vendían muebles, pero también discos y tenían parlamentes a la calle. En la galería El Águila (hoy Paseo del Sur) también nos deteníamos.

Pero esas eran paradas nuestras, mías y de mis amigos. Hubo otras míticas, como la del Yin Yin Grill, una confitería restó, a metros de la Nueva Galera, una tienda y sastrería que vendía ropa para hombre de calidad. Otros se sentaban en la vidriera de Lodi, un gran zapatería en San Martín y 25 de Mayo.

Y para los que tenían auto (era muy difícil en esos años) la tradición –que hoy se mantiene- es la “vuelta del perro”, San Martín hasta Güemes, Rivadavia hasta España hasta retomar San Martín.

También en esos años estaban los bailes que organizaban los estudiantes de las escuelas secundarias. Algunos se hacían en el Centro Catamarqueño, otros en el Club Huracán, que eran dominicales, con la participación del Disc Jockey o DJ Ricardo Farroni. Era el baile hasta las 10 de la noche y en todo momento era oportuno cruzar la calle para disfrutar las increíbles hamburguesas de Stop.

En el Centro Camatamarqueño eran animados por LEC, Luis Eduardo Capovilla (creador de un mítico programa de radio, La Vitrola), un gran showman y adelantado a la época. No solo ponía música, también hablaba dándole un toque muy especial a sus actuaciones. Trabajaba con casettes y los temas los ponía en “boca” con otro reproductor más chico. Era infaltable el slogan radial: “Para vos, viviente. Desde la tierra de los vientos…” e iba el tema.

También estaban los bailes del Centro Asturiano, protagonizados  por otro gran animador y Disc Jockey, como Tony Alegría Leroy. No cabía un alfiler en el salón. Él trabajaba con discos.

No era todo ir a lo boliches que había en Comodoro o en Rada Tilly, había una gran diversión en los salones de la ciudad.

Es cierto, era otra época, pero que divertida que fue.

“Noche en la ciudad… sábado

 tengo un billete de mil… sábado”.

 

 

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