Claudia Figari: “La persecución ideológica no solo es en la educación”

Claudia Figari, doctora en Ciencias de la Educación, habló en UMG por LaCienPuntoUno sobre la modificación de la ley de educación que propone el gobierno de Javier Milei para penar el “adoctrinamiento” en los colegios del país y sean las familias quienes puedan realizar las denuncias.

Con respecto a qué se refieren con adoctrinamiento en las aulas, dijo: “Y yo creo que ahí se está confundiendo varias cosas. Primero pensar que la educación es un derecho que el Estado debe proveerla y que debe financiarla además. Una cosa es adoctrinar, es decir, yo convencer al otro a partir de determinada cuestión partidaria y otra cosa es que la educación aporta perspectivas diferentes además es bastante mentiroso plantear que alguien un docente un investigador habla desde un lugar neutral. Así como la ciencia no es neutral uno tiene determinados propósitos, cuando investigan la elección de las temáticas la educación no es neutral, esto no significa un adoctrinamiento, esto significa que no bajemos los brazos ni renunciamos en los distintos niveles del sistema educativo a formar sujetos críticos de la realidad educativa, social o política”.

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Y añadió: “Esto tiene mucho que ver con al decir adoctrinamiento y esto acompañarlo de que estudiantes y padres podrán denunciar cuando un profesor plantea juicio de esas personas, primero habría que justamente comprender el alcance del término. Una cosa es que yo me paré como militante digamos en una clase. Otra cosa es que uno tenga como objetivo formar sujetos críticos y para esto tienen que comprender la complejidad de la realidad actual así por ejemplo comprender que lo que está sucediendo hoy día en distintas áreas de políticas públicas y por supuesto la educación ha estado ahora a partir de la reforma que se propone de tres leyes no la Ley de Educación Nacional de financiamiento educativo y la Ley de Educación Superior plantea y se centra en un paradigma no nuevo, pero que realza esta idea de una vieja teoría del capital humano junto con una suerte de tecnocracia llevada al extremo, es decir, es un neoliberalismo redoblado donde en realidad los docentes son proveedores de servicios, brindan una mercancía, los saberes tienen que ser en todo caso útiles en función de lo que demanda mercado y los estudiantes pasan a ser clientes que eligen, el ejemplo claro es la entrega de voucher a los padres para alimentar la competencia entre escuelas y elegir a cuál ir”.

“La educación es política, así como la política tiene un carácter pedagógico también. Es imposible pensar a la educación como un terreno apolítico, otra cosa es la cuestión partidaria, por eso lo distingo y creo que hay mucha confusión al respecto. Una cosa es el adoctrinamiento como aparece y otra cosa es que yo tenga como objetivo formar ciudadanos críticos y muestre el abanico de perspectivas y enfoques que de hecho existen digamos en las distintas”, continuó.

 

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Consultada sobre si esta modificación es más ideológica, respondió: “esta persecución ideológica no sucede solamente en la educación, también está sucediendo en el área científica y especialmente con las ciencias sociales y las humanidades, pero también otras áreas están siendo desfinanciadas donde laboratorios están no pudiendo mantenerse. Hay un tema de persecución ideológica, se confundiendo la politicidad no es una mala palabra, el ser humano tiene preconceptos y nociones que hay que desnaturalizarlas. Nadie es neutral ni el que dice que no hay que adoctrinar”.

“La educación es mucho más la escuela, genera identidades, vínculos, solidaridad, desorganización, la escuela es un ámbito de trabajo docente, un ámbito que permite las interacciones, la construcción de subjetividades de identidades”, cerró.