COMODORO Y LA ETERNA EMERGENCIA HÍDRICA

En 1966 se inauguró el primer acueducto, pero no se planificaron redes domiciliarias y las roturas fueron crónicas. En 1999 fue la inauguración del segundo y en 2022 estamos en emergencia hídrica.

jueves, 21 de abril de 2022 - 12:37

Por Luis Luján Dancheff

Este miércoles la SCPL reveló que el acueducto nuevo (inaugurado en 1999) sufrió una nueva rotura, esta vez entre Valle Hermoso y Cerro Dragón. Situación que obliga a detener el bombeo mientras se recambia el caño roto. Pero eso no es nada, se continúan desarrollando los cortes programados para recuperar reservas a pesar de que la época estival finalizó. Esta situación se genera por el descenso del nivel del lago Musters, lo que provocó la declaración de la emergencia hídrica.

Pero esta historia no es nueva. Comodoro Rivadavia desde que nacio tiene o vive en emergencia hídrica. El agua potable nunca fue suficiente para todos o, por lo menos, para gran parte de la población.

Dos años de mi niñez viví sobre la calle Los Leones, en el barrio Ceferino Namuncurá y no había agua de red. Pasaba el camión aguatero y se llenaban tambores de 200 litros y de allí se sacaba agua para tomar (hirviéndola, por supuesto), para asearse, lavar la ropa y los platos. Todavía no había llegado la red, a pesar de tener acueducto.

Todo eso cambio radicalmente cuando mi madre consiguió alquilar un departamento en el centro… con agua corriente. Fue una fiesta.

A partir de lo que fue el primer boom petrolero, con una ciudad que duplicó población debido al trabajo que generaba el petróleo desde la firma de los contratos con empresas extranjeras, la falta de agua se agudizó. En Comodoro Rivadavia florecía el dinero, los dólares corrían de la mano de los norteamericanos que llegaron a trabajar en el oro negro. Hubo más noche, más cabarets y prostíbulos, pero el agua seguía siendo la misma. Venía de Manantiales Bher o El Trébol y no alcanzaba.

Se pidió a Nación un acueducto y respondió. Se comenzó durante la presidencia de Frondizi y la intendencia de Antonio Morán, pero ninguno de los dos estuvo para su inauguración, lo militares los habían volteado.

El acueducto comenzó a construirse el 20 de abril de 1963, hace exactamente 59 años, y las obras se iniciaron con la presencia de un enviado de la Presidencia, ejercida por José María Guido, un senador que cerró el Congreso y obedecía sin dudar a los militares. En los comodorenses se instaló la esperanza de abrir una canilla y tener agua potable, más allá de quien estuviera en el gobierno. Si sabremos los comodorenses de esperanzas.

Las obras duraron un poquito más de tres años, se inauguró el 15 de mayo de 1966, durante el gobierno de Arturo Illia, el presidente que le puso final a los contratos petroleros y sumió a Comodoro Rivadavia en la desesperanza y en un tobogán desocupación y freno económico. Por esa cuestión no era bien visto en la zona,  a pesar de que el intendente electo era Juan Carlos Altuna, radical.

Teníamos acueducto. ¡Albricias! ¡Aleluya! ¿No? Pero no teníamos agua. Casi 40.000 comodorenses no tenían red de agua y se continuaba con la distribución con camiones cisterna.

El fundador de diario Crónica, Diego Zamit, escribió un editorial un día después de la inauguración para reflejar la situación.

“Una nueva espina comienza a hurgar el corazón de los pobladores: cómo tener agua si no hay redes domiciliarias. No hay cañerías y en ninguno de los discursos pronunciados ayer se dijo una sola palabra sobre la solución a este problema. Las dos terceras partes de la ciudad no tienen redes y Obras Sanitarias  no está dispuesta a invertir. Tras 59 años de reclamos, ni la mitad de la población podrá gozar cómodamente del agua. Seguiremos viendo caravanas de mujeres y niños con tachos haciendo  colas en las canillas públicas y los diarios protestando por el encarecimiento y agio de la venta del agua”. (1)

El Comodoro de entonces llegaba hasta la Sociedad Rural, no había nada más allá. Los barrios más alejados eran el 9 de Julio y el 13 de diciembre. No había otro. YPF se encargaba del abastecimiento de agua, ya que las casas fueron construidas por la petrolera estatal y quienes vivían en ellas eran trabajadores ypefianos.

“Población no contribuyente”

 Si hoy se atraviesan complicaciones, entonces era mucho más difícil. Por ejemplo, el año que comienza la obra del acueducto, 1963, el interventor de facto de la Municipalidad, un coronel retirado llamado Alfonso Rodriguez, quien suspende el abastecimiento de agua mediante camiones cisternas en los nuevos barrios porque se trata de “población no contribuyente”, en tanto rige la prohibición de cobrar  impuestos a migrantes chilenos, ya que una disposición de Migraciones (Comodoro era zona de frontera) apunta a evitar así que los extranjeros ocupantes de lotes adquieran derecho sobre esas tierras, principalmente en lo que hoy conocemos como los barrios Pietrobelli y Newbery.

Volvemos al abastecimiento de agua y la falta de redes en la ciudad. Es una tarea que debe realizar Obras Sanitarias de la Nación, pero la empresa estatal tarda más de lo requerido. YPF se ofrece a realizar las tareas, afrontando el costo, pero OSN se niega.

El 9 de marzo de 1967 llega a nuestra ciudad otro presidente, esta vez de facto, Juan Carlos Onganía, y Crónica titula en su primera plana: Señor Presidente! Una sola cosa le pedimos para nuestra ciudad: AGUA!!  y en la bajada: “Comodoro nació buscando el líquido elemento y encontró petróleo; por ello la Nación recibió millones”. “Mientras tanto 40.000 personas ssiguen sin agua”, decía el diario.

Instalado en el Chalet Huergo, Onganía convoca a los presidentes de vecinales a una urgente audiencia y –algo que conocemos muy bien los comodorenses- promete soluciones que no llegan.

Hubo que esperar hasta 1970 para tener las redes domiciliarias.

Pero, siempre hay un pero en esta historia de reclamos por el agua en nuestra ciudad. Los materiales del acueducto no son los mejores y se rompe muy seguido en la zona de Cerro Negro, debido a los golpes de ariete. Tenemos acueducto, tenemos redes, pero las roturas comienzan a ser una constante.

El dato dice que el 9 de junio de 1980, se agotan las reservas de agua en la ciudad debido a una nueva rotura del acueducto ocurrida el día 6. La ciudad se quedó sin reservas.

Me quedó grabada esa situación, la ciudad paralizada y quienes teníamos amigos en General Mosconi íbamos a sus casas a bañarnos o a buscar agua con bidones, ya que ellos eran abastecidos por el acueducto que llegaba de Manantiales Bher, que había construido YPF. Fue un desastre.

Las autoridades deciden realizar el reparto de agua a domicilio, para lo cual se habilita un número de teléfono donde los vecinos pueden hacer pedidos urgentes.

La situación no daba para más, las roturas en ese tramo eran constantes.

Declaran la emergencia nacional

En febrero de 1986 Comodoro es declarada en emergencia por la falta de agua, se confoma un grupo denominado la Comisión de los 19 para reclamar soluciones a los constante cortes de agua. Y sólo se movilizan unas 6.000 personas de los 130.000 habitantes que se calculaban entonces. Se llega a un corte de la Ruta 3, en el acceso al centro de la ciudad desde la zona norte. Reclaman la presencia del gobernador Atilio Viglione, quien no viene. Envió al ministro de Gobierno y Justicia, Norberto Massoni (el padre de Federico), quien firmó un acta de compromiso para activar las soluciones.

Llegó a Comodoro un funcionario nacional, recorre el acueducto (ya operado por la SCPL) y admite la extrema gravedad de la situación. Se lo puso al tanto sobre lo que pasaba en la zona de Cerro Negro, el acueducto tuvo 38 roturas desde los 70 a 1986.

Se decide construir una estación de rebombeo en Cerro Negro. Y para financiarla el estado nacional declara la emergencia, que permitirá obtener fondos para realizar la anhelada obra.

Pero como estamos en Comodoro Rivadavia, a pesar de la firma del convenio en Rawson, la obra no se inicia ni se hace durante lo que queda del gobierno del gobernador Atilio Viglione y de Raúl Alfonsín.

Hubo que esperar hasta 1989, el 5 de marzo de ese año se firma el acta que pondrá en marcha la iniciación del nuevo acueducto, que incluye la obra de la estación de rebombeo en Cerro Negro.

Podemos decir que se lanzó la licitación con un presupuesto de 140 millones de dólares, que ganó Techint. Fue objetada y se cayó. Hubo otra y la ganó Dycasa, que construyó el acueducto inaugurado en 1999.

Transcurrieron 22 años y continuamos en un círculo eterno. A los problemas que tienen los dos acueductos se suma que se secó el lago Colhue Huapi y el Musters esta reduciendo su capacidad. Comodoro sigue siendo una ciudad con sed.

(1) Crónicas del Centenario

Imágenes: Crónicas del Centenario

 

 

Orizon
Musters Vinoteca