Comunicación Política Sin Métricas: Nadie entiende nada

Por Pablo Riffo Torres

(@pabloestebanok)

Para arrancar la columna de hoy quiero que vayamos al Congreso de la Nación. Victoria Villarruel, vicepresidenta y titular de la cámara alta realizó un acto en “homenaje a las víctimas del terrorismo”. Esa fue la premisa con la que convocó entre otras, a la senadora Andrea Cristina, heredera de la banca de Ignacio Torres, quien tuvo un cruce interesante en redes sociales por su participación en este acto.

Y es que Villarruel no pudo sostener la impronta de homenajear a las víctimas del terrorismo (hubo un video donde también se menciona el atentado a la AMIA, a las víctimas de los atentados del 11S en Estados Unidos, entre otros);  y al momento de tomar la palabra dijo “hace algunos años este acto hubiera sido impensado”, y cerró adelantando que iban a reabrir las causas contra los Montoneros.

Esta parte se ve que no le llegó a la senadora del PRO quien en redes sociales negó totalmente haber participado de un acto de reivindicación de la dictadura cívico militar. Más allá de lo grave que me resulta el desconocimiento de alguien que está ocupando un lugar de tal relevancia como el Senado de la Nación, tengo por lo menos tres explicaciones por los cuales una senadora chubutense puede llegar a ese lugar (al acto, no a la banca. Ahí no tengo idea cómo llegó).

Se dice que Andy Cristina responde directamente a Ana Clara Romero y que habría sido ella la que aprovechó la posibilidad de quedar bien parada con Villarruel y quién le pidió que vaya. La otra versión es que haya sido el mismo gobernador, Ignacio Torres, para seguir con esta tendencia de poner un pie en cada puerto ampliando su cintura política en épocas de crisis institucional dentro de La Libertad Avanza.

Yo pregunté y me dijeron que “ella sabía muy bien dónde iba”, y que había sido motu proprio haber participado del acto con tanta vehemencia. De todas las versiones es la que menos me cierra, sobre todo por la defensa ¿inocente? Del acto en sí. Ninguna de las opciones me resulta menos repudiable en todo caso, pero para esos análisis se pueden sumar a escuchar Un Millón de Guanacos en La Cien Punto Uno desde las 10 am.

Y hablando de confusiones, de vuelta en la provincia del Chubut las novedades sobre el subsidio para el transporte educativo armó un chino que dejó mal parado al intendente comodorense que, igual que la mayoría de nosotros, no entendió nada de lo que quiso comunicar la provincia.

Todo empieza una semana atrás con una gacetilla de Gobierno titulada: “El Gobierno del Chubut implementará el Boleto Educativo Chubutense para estudiantes y docentes de todos los niveles educativos” donde se habla de un reemplazo del antiguo TEG que cubría el 50% y que este nuevo sistema pasará a financiar el 100% de los pasajes.

Le preguntaron a Othar Macharashvili sobre este anuncio y el impacto en las arcas municipales dado que la otra mitad del TEG lo cubre la municipalidad. Othar habló de lo que pasa en la Ciudad de Buenos Aires, de la ley bases y los DNU, de bajas de frecuencias y de las decisiones nacionales. De los subsidios que pone la provincia y el pedido que la cifra sea mayor y del crecimiento de los costos del transporte.

Repreguntaron, porque no había quedado claro. El intendente aseguró que “eso todavía no está claro, eso debe ir por ley. Hay que ver cómo queda planteado”. Y es que no se entendía porque la gacetilla anunciaba el BECH (?) como un hecho y no como un proyecto.

En uno de los párrafos la gacetilla dice “El ministro de Gobierno de la Provincia, Victoriano Eraso Parodi, destacó la importancia de esta medida, señalando que “con esta ley…”  No hay ley. No todavía. Es una iniciativa, un proyecto que, al cierre de esta edición no había sido presentado en la Legislatura de la provincia.

Seguramente será ley, no creo que ni Vasconcelos pueda votar en contra de una iniciativa como esta, pero quizás con un ajuste de expresiones se podían ahorrar el mal momento que le hicieron pasar al intendente. Mal ahí.

PJ vs PJ-PRO

Ya no había más lugar dónde dilatar la interna del Partido Justicialista y el fin de semana se terminaron presentando dos listas. Una encabezada por el diputado de Arriba Chubut, Gustavo Fita, “Volver a Perón”, y la otra por Alfredo Béliz actual secretario general del Sindicato Empleados de Comercio de Trelew.

Una vinculada al oficialismo con figuras como Carlos Linares y Juan Pablo Luque bancando por detrás y otra que respondería al acuerdo de los intendentes peronistas. Ya dijimos en este espacio qué interés podría tener el propio Nacho Torres de meter la cuchara en la interna, y si bien no prosperó impulsar al propio mandatario comodorense, para Fita hay un “peronismo PRO” financiado por el gobierno provincial.

Maximiliano Sampaoli, actual vice intendente comodorense dijo que “hay que ordenar el partido” pero que se trata de una discusión interna y que “los temas que le preocupan a la sociedad son otros”. Que “hoy es tiempo de gobernar y de gestionar” y necesariamente tengo que darle la razón.

Mi opinión acerca de esto (que supongo que les interesa por eso llegaron hasta acá); más allá de la posibilidad que una de las listas se caiga y sea proclamada ganadora Volver a Perón, es que no resultaría estratégico plantear un peronismo combativo con protagonistas con responsabilidad institucional.

Me explico un poco mejor. Si el peronismo elije como su adversario político al gobernador Nacho Torres con claras intenciones de ganar lugares en las siguientes elecciones del 2025 y 2027 es un juego bastante fino gestionar con estos intereses cruzados.

Fita, como tantos otros compañero y compañeras, insisten en que la elección del 2025 es “de tercios” como la que planteó Cristina para el 2023 y con la fusión del PRO con LLA, el acercamiento de algunos sectores progresistas como los cercanos a Larreta a un espacio más de centro, creo que la configuración puede cambiar de cara al 2025.

El asunto está en qué lugar se va a parar Nacho Torres, si en línea con lo que pasó en 2023 acompañando a Patricia Bullrich totalmente convertida en Libertaria o si apuesta a su espacio personal y alinearse a nivel nacional frente a Javier Milei. Si esta última es la opción ¿cuál puede ser el juego del PJ? Hoy si tuviera que responder quizás tendría que decir que, entender el cambio de escenario, puede terminar dejando al PJ confundido como radical votando en el Congreso de la Nación.