Comunicación Política Sin Métricas: un cúmulo acumulado de opiniones propias

Ausencias en el Concejo Deliberante Comodorense. El PRO no quiso reunirse con las autoridades universitarias y Sergio Bohe tampoco llegó a reordenar su agenda. La interna del PJ sigue y suma opiniones. Bienvenidas y bienvenidos a un nuevo análisis de la comunicación en la política chubutense.

miércoles, 23 de octubre de 2024 - 8:00

Por Pablo Riffo Torres

(@pabloestebanok)

El Concejo Deliberante de Comodoro Rivadavia sesionó la semana pasada y hay varios capítulos que vale la pena señalar, en particular con las contradicciones constantes en las que incurre el bloque Despierta Comodoro.

La sesión inició posteriormente al encuentro entre las autoridades de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, a la que el bloque que comanda Ana Clara Romero decidió no participar argumentando compromisos previos.

Es un slogan recurrente del presidente del PRO Chubut Martín Gómez, señalar la cantidad de expresiones de deseo que se aprueban desde dicha casa política minimizando la “efectividad” de este recurso.

También de acotar la labor parlamentaria relacionada a temas vinculados a la órbita nacional, como el caso del debate universitario, argumentando que no son “ni diputados ni senadores” que pudieran resolver la problemática presupuestaria.

A pesar del desinterés expreso de la bancada opositora, la hora de preferencia fue el escenario de discursos cargados de imprecisiones y chicanas dignos del guion de la nueva temporada de la Señora Bisman.

La rectora de la Universidad, Lidia Blanco, respondió en Un Millón de Guanacos por la Cien Punto Uno (que pueden leer acá) la totalidad de los planteos de Despierta Comodoro y que podrían haber sido respondidas en la reunión.

Que había miedo de ser auditadas. Que el debate por las universidades tiene que ver con la transparencia. Que se trata de una ventaja política por parte de la rectora. Que la universidad está cerrada. Que hubo escuelas cerradas 5 años y que Massa Congeló los sueldos.

Planteos de una realidad paralela de alguien que opina sin haber participado de una sola reunión pero jactándose de haber hecho un paso por la UBA , en la que no habría llegado al final del CBC.

Los pasos de comedia, -porque a esta altura demandar un debate de ideas parece ser una utopía en el bloque PRO-, van de comparar la sanción del RIGI con un evento y el presupuesto del mismo; asistir a una “interpelación” que en realidad no es tal, con la transparencia universitaria, incluso en contra de los argumentos de sus propios pares.

Lo cierto es que la invitación para la reunión del viernes tuvo 48hs de plazo para reordenar cualquier agenda, pero decidió deliberadamente no hacerlo ¿cuál es la explicación? Porque si no hay efectividad en lo que puede tramitar el Concejo Deliberante ¿por qué votan en contra de todas las expresiones que se comunican al Gobernador de la provincia? Nadie está evaluando el costo político de la tozuda posición que mantiene el bloque, incluso con la carga de incongruencias que refleja.

El que tampoco quiso participar de la convocatoria del Concejo Deliberante fue el Secretario de Gobierno, Sergio Bohe. Si recuerdan, Bohe había sido citado vía el artículo 75 de la Carta Orgánica mediante nota presentada por los ediles de la oposición ¿El argumento? Según explicaron desde el bloque oficialista en la misma sesión no se cumplió con el protocolo correspondiente para ser interpelado que involucra una comunicación oficial aprobada en sesión y la convocatoria a una sesión especial.

Puentear al concejo para someter a un secretario a una interpelación parece no haber sido la mejor estrategia dado que, de la misma manera, la burocracia estatal siempre brinda una salida para acceder o no a este tipo de prácticas que tienen un mayor componente político, algo que para muchos será una nueva lección en este mundo.

Y si es por el juego “de la política” hay que hablar de la interna del Partido Justicialista. La Nacional, que es la que resta dirimir y que tendría fecha el próximo 17 de noviembre. A pesar de que la imagen positiva de Cristina Fernández mostró –en Chubut por lo menos-, un importante acenso, lo cierto es que sus intenciones de ordenar el PJ no resultaron de la manera esperada.

Liliana Corzo, candidata a Consejera Titular de la Lista que encabeza Ricardo Quintela habló también en La Cien Punto uno e hizo un planteo que vale la pena repasar. Dijo: “para mi es un error histórico que el clamor de los dirigentes le pida a Cristina que se baje a ser presidenta de un partido que integra el frente Nacional y Popular”.

Y un poco de razón tiene, en el sentido de que la figura de Cristina excede los límites de lo peronista y representa a un sector de la sociedad, que integran el frente Nacional y Popualar, dispuesta a acompañarla en la gesta de la recuperación del Estado, frente a la destrucción del mismo que plantea Javier Milei.

La lista de Cristina en tanto tiene entre sus candidatos al actual senador Carlos Linares quien se sumó a los pedidos de juicio político que se presentaron luego de que el presidente dijera que quiere “ponerle el último clavo al cajón del kichnerismo con Cristina adentro”.

En el fondo el problema es que la candidatura de Cristina no haya ordenado al peronismo por sí misma y que Quintela siga parado de manos bancando su candidatura. La Camporización del PJ termina dejando a Kicillof del lado de los desleales y todo pareciera bastante lejos de lo que representa un acuerdo de unidad.

Frente a la necesidad de ponerle un freno a la motosierra y a la licuadora, solo resta esperar que prime la conciencia y el pragmatismo; para hacer lo que haya que hacer y que la Argentina que viene recupere su esplendor que supo tener en días más felices.

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