Comunicación política sin métricas: un desafío transversal

El gobernador hizo un anuncio clave en materia económico/financiera para desendeudar la provincia o es por lo menos lo que pasa a nivel discursivo. El desafío de construir un relato político y capitalizar un intangible como la toma de deuda o, en este caso, la quita de la misma.

miércoles, 25 de septiembre de 2024 - 8:00

Por Pablo Riffo Torres

(@pabloestebanok)

 

 

“Cuando era chico creía que la Economía era una ciencia exacta, porque crecí leyendo diarios”

Juan Carlos Vlakmam en Un Millón de Guanacos por La Cien Punto Uno.

 

 

Si hay un desafío grande para la Comunicación Política es capitalizar las victorias en materia económico/financiera. Al comienzo de la semana el gobernador de la provincia Ignacio Torres hizo una conferencia de prensa para explicar los detalles del acuerdo alcanzado con Nación donde se compensa la deuda del Fondo Fiduciario de las provincias contra obra pública que correspondería a Nación, entre otros tecnicismos mucho más complejos, claramente.

Me resultó imposible no recordar la cantidad de horas de explicaciones que tiene en su haber la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, -salvando las obvias diferencias-, argumentando por qué el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional firmado en la gestión de Alberto Fernández había quedado corto y cómo la Argentina debería haber reclamado frente al des-manejo del FMI al habilitar un préstamo como el que se le otorgó a la Argentina en pleno macrismo.

Hoy en Un Millón de Guanacos dijo “Nacho” Torres que “es importante más allá de los números fríos, saber lo que se logró” en relación al acuerdo alcanzado con la Nación con una quita del 50% de la deuda. Y ese “saber lo que se logró” involucra el rol indispensable que cobra la voluntad política en la determinación de esto aspectos que confluyen directamente en la cotidianidad de las y los ciudadanos de Chubut, en este caso. Y es que si bien los números no varían los resultados en materia económica siempre están atravesados por el contexto socio político y es ahí donde la rigidez o soltura política son determinantes a la hora de tomar decisiones.

Ahora, cómo se combinan aspectos que podrían considerarse abstractos en la construcción de determinaciones económico/financieras para terminar redundando en un resultado que sería en a priori, positivo y cómo ese resultado se materializa en la vida de las personas, es el desafío del que hablamos.

Porque la famosa voluntad política no es cuantificable. No podemos medir voluntad política y ponerla en una cuenta para que nos genere intereses, pero si la voluntad política y los acuerdos son determinantes para que una deuda pase de 100 a 50, y que se decida compensar una deuda con obras de infraestructura.

Creo que este es un de los aspectos más llamativos. Lo tratamos de explicar cuando hablamos con el vicegobernador Gustavo Menna, en el programa. Es como alquilar una propiedad, y en vez de pagar lo que corresponde por el mes a ese monto final, se le descuenten los arreglos que hicimos en la misma.

La toma de una deuda también es una decisión política y cómo contar la forma en que se produjo la misma y los beneficios inmediatos que puede tener es otro desafío. Salvo que, como pasó en la gestión Macrista y continúa en la que encabeza Javier Milei, no quieras hacerte cargo de esa toma de deuda que no dejó absolutamente nada para mostrar.

Y es que esta semana Cristina, la expresidenta, se cruzó con el ministro de Economía Luis Toto Caputo en la ex Twitter y recibió en las redes un carpetazo importante cuando escuchó en la voz de su actual jefe decir que había sido responsable de uno de los desastres monetarios más importantes en el Banco Central con la toma de esa deuda.

Bueno, cuando dijo “escuchó” me refiero al video que publicó Cristina y el que vimos todos y todas. Para Caputo fue volver a fingir demencia y responder la misma sarta de chicanas que venimos escuchando desde una década hacia acá, por lo menos, y más si quieren que sumemos alguna cuota de revisionismo histórico.

Ahora de nuevo ¿cómo se hace para dejar evidencia de una buena gestión en materia económico/financiera? La respuesta menos compleja: con obras. Las mismas obras que el Macrismo no puede mostrar con el endeudamiento a 100 años que tomó con el Fondo Monetario Internacional. Las mismas que Nacho Torres espera poder dejar materializadas en la provincia luego del acuerdo alcanzado con la Nación.

Y es que la materialización de las victorias económico/financieras de una gestión política, indiscutiblemente queda atado a lo tangible o por el contrario, a la falta de ese activo tangible. Vamos si quieren a ver qué pasa con el famoso Estadio del Centenario, una obra que tiene por lo menos 20 años de inconclusa y que expresa, para el conjunto social, un símbolo latente de la incapacidad de la política.

No hay una sola gestión municipal, provincial o nacional que pueda decir que siente orgullo que durante su gestión se avanzó con esa obra. No importa qué tan importante haya sido ese avance, no se capitaliza políticamente porque sigue sin estar terminada.

Tanto la economía, como la política y la comunicación están directamente relacionadas con el éxito o fracaso de una gestión. Nacho usa la expresión “más allá de los números fríos”, y me parece clave porque también del otro lado hay una demanda hacia el gobierno nacional que solo mira planillas de Excel en la macro sin intervenir en la microeconomía donde se encuentra el sector social más golpeado en su cotidianidad económica.

Es en la microeconomía donde se ganan los votos que conquistan las elecciones porque de nada sirve una quita de deuda sin precedente para un estado como el chubutense si las obras como la del acueducto que requiere urgentemente Comodoro Rivadavia no se concretan.

Para la Nación la pelota quedó en cancha de Nacho Torres quien tiene la obligación política de concretar en el menor plazo posible el éxito de ese acuerdo que hoy todavía está en los papeles.

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