Gonzalo Pérez Álvarez, investigador del CONICET, analizó en diálogo con Nos Sobran los Motivos de LaCienPuntoUno los datos dados a conocer este jueves por el INDEC en cuanto a la pobreza en el país. Alertó sobre el peligro de naturalizar que un 40% es pobre en el país.
viernes, 31 de marzo de 2023 - 11:02El INDEC informó este jueves que la pobreza afecta al 39,2% de la población, y representa un incremento respecto del 36,5% que se había detectado en el primer semestre de 2022. En total hay 11,5 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 2,4 millones son indigentes, de acuerdo con la estadística oficial.
“Lo primero cuando hablamos de este tipo de índices, es tener en cuenta que hablamos de personas. No de números. Hoy casi 10% de los argentinos pasan hambre”, analizó en LaCienPuntoUno Gonzalo Pérez Álvarez, investigador del CONICET.
“El indigente es el que pasa hambre. El pobre es el que vive en situaciones al menos dignas. Lo triste es que hemos naturalizado estos números. Pegan cuando se difunden, pero son números que se vienen repitiendo hace 15 años”, diferenció.
“Se están produciendo 3 transformaciones dramáticas. Una es naturalizar, que se aceptable socialmente un 40% de pobres. Otra transformación terrible, es que antes se relacionaba la pobreza con el desempleo. Y era algo coyuntural. El que se había quedado sin trabajo, caía en la pobreza hasta que conseguía otro. Hoy tenemos trabajadores pobres”, dijo y agregó: “Y la tercera, es que el 56% de los chicos de 12 a 17 años son pobres. Se les reclama que estudien y que después trabajen. Pero son pobres. La clase alta no tiene posibilidad de caer, y la clase baja no la tiene de subir”.
Pérez Álvarez indicó: “La gente que nos gobierna, los políticos, los dirigente, pertenecen a la clase alta. Y no van a caer de ahí. Entonces, los problemas que tenemos nosotros, a ellos no los afectan. Venimos de un año de crecimiento económico. De desarrollo. Pero crece la economía y se agranda la desigualdad. Entonces no es un problema de recursos, sino de distribución”, remarcó.
“No hay que naturalizar el pensamiento de que salir a comer, comprarse algo, darse un gusto es un privilegio. El círculo de un laburante era comprarse un autito, viajar de vez en cuando, hacer su casa. Hoy todo eso parece un privilegio”, puntualizó.