EL DÍA QUE CHUBUT LE DIJO NO AL BASURERO NUCLEAR EN GASTRE

El 17 de junio de 1996 -hace 26 años- la población de Chubut le dijo NO al basurero nuclear en Gastre con una movilización de unas 5.000 personas hacia esa pequeña localidad de la meseta chubutense. Estuvimos ese día, que fue el preludio a lo que ocurriría en Esquel el 4 de marzo de 2003.

jueves, 30 de junio de 2022 - 12:05

Por Luis Luján Dancheff

 El 17 de junio de 1996 la población de Chubut, movilizada en Gastre, le dijo NO a la instalación de un basurero nuclear en Sierra del Medio, ubicada en el centro de la meseta de la provincia.

A pesar que la flamante Constitución Provincial, aprobada en 1994, disponía la negativa a esa acción, en el Congreso de la Nación se debatía la privatización de las centrales nucleares argentinas y se aseguraba el acceso a un repositorio nuclear y el lugar elegido por la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) era Gastre, en Chubut.

Esta situación generó múltiples y mutitudinarias movilizaciones en las principales ciudades de Chubut y en una de ellas, realizada en la plaza Independencia de Trelew, se decidió marchar hacia Gastre el 17 de junio de 1996. Una movilización organizada para motrar el rechazo a la iniciativa y que contó mayoritariamente con la presencia de jóvenes.

Allí estuve, acompañado por colegas de otros medios de comunicación de la región. Y no fue un viaje dispuesto por las empresas sino por quienes en ese entonces ejercíamos nuestro trabajo en radios, diarios y canales de TV. Nos pusimos de acuerdo Richy Astete, de Radiovisión, que puso la Trafic que utilizaba de móvil; Carlos “Napo” Acosta; Gustavo Paz, reportero gráfico de Crónica; Jorge Paredes chofer del móvil de Atelco, Victor Astete, camarógrafo y yo como periodista de Atelco. Obtuvimos autorización de los medios y el 16 de junio partimos hacia Trelew, lugar fijado para la concentración.

Llegamos sobre las 6 de la mañana y la convulsión era tremenda. Colectivos, camionetas, autos, colmados y prestos para partir hacia Gastre. Había entusiasmo, nosotros estábamos entusiasmados por estar ahí y participar de un acto histórico que tuvo lugar en Chubut y que fue la previa al movimiento NO A LA MINA que tuvo lugar en marzo de 2003 en Esquel, logrando que la Legislatura apruebe la Ley 5001.

En el Congreso

Mientras el movimiento de rechazo al basurero nuclear crecía, en el Congreso de la Nación se desarrolló una inesperada reunión encabezada por el diputado y titular del bloque del PJ Jorge Matzkin, el secretario de Energía Carlos Bastos y el titular de la Comisión de Energía Atómica Eduardo Santos.  En ella se acordó modificar el proyecto sobre centrales nucleares al definir que los repositorios serán establecidos por una ley nacional que sólo se pondrá en práctica una vez que la provincia designada adhiera a la norma. “Confiamos que con esta medida que defiende el federalismo podamos aprobar la iniciativa” dijo Matzkin al diario La Nación en ese entonces.

Pero por más que se solicitara la autorización de las provincias elegidas, en este caso Chubut, el rechazo al proyecto fue incluído en la Constitución provincial. En su artículo 110 la Carta Magna chubutense expresa: “Quedan prohibidos en la provincia la introducción el transporte y el depósito de residuos de origen extraprovincial radiactivos tóxicos peligrosos o susceptibles de serlo”.

 

A pesar de la claridad del mencionado artículo –como con la minería- en el Congreso Nacional insistían.

Hasta ese mencionado encuentro, los diputados nacionales por Chubut, Mario Das Neves y José Manuel Corchuelo Blasco habían liderado la oposición sobre la base de que la privatización de las centrales nucleares incluía el repositorio de Gastre.

Esa postura se oponía a la del bonaerense Pascual Rampi secretario del bloque de diputados del PJ, quien era el impulsor de la iniciativa, argumentando que el repositorio de Gastre brindaba las mayores garantías ante un potencial accidente.

José Manuel Corchuelo Blasco fue más allá con el tema, le envió una carta personal a los 257 diputados nacionales en la que los instaba a no aprobar el proyecto.

En 1996 la provincia era gobernada por el radical Carlos Maestro, quién desde Brasil, rechazó el proyecto y apoyó la movilización. Antes de partir en una misión comercial, envió una nota al presidente Carlos Menem y a todos los gobernadores en la que expresó que “mientras otras potencias nucleares todavía no han decidido sobre el destino de sus desechos nosotros estamos legislando sobre los mismos generando un estado de zozobra en aquellas comunidades que como Gastre aparecen amenazadas por la instalación de repositorios”.

Agregó que “la Argentina y en especial la Patagonia son reconocidos en el mundo como un reservorio natural. Sería lamentable que dejara de serlo para convertirnos en el primer reservorio nuclear de la Tierra”.

A pesar de que el bloque de diputados nacionales patagónicos del PJ logró un triunfo político al modificar la redacción del proyecto de ley de actividad nuclear y dejar sentado en el texto que la localización de un repositorio deberá tener aprobación de la Legislatura provincial los organizadores ratificaron la realización de la protesta.

El video de ATELCO Noticias

 

Caravana a Gastre

Antes del amanecer la caravana se puso en marcha, la temperatura bajo cero, producto de una nevada y los 450 kilómetros de ripio de los caminos no fueron obstáculos para que miles de personas se manifestaran en contra de la instalación de un repositorio nuclear en esta tranquila y alejada localidad de la meseta. En su mayoría provenían desde Trelew, pero había personas de toda la provincia y de localidades de la provincia de Río Negro. Camionetas, colectivos y automóviles repletos de chicos y grandes con banderas hicieron sonar sus bocinas en la plaza San Martín ante la gran sorpresa de los apenas 400 habitantes que tenía en ese momento esta pequeña localidad.

Allí iba la Trafic de RadioVisión, trasladando un equipo de periodistas dispuestos a cubrir la movilización y dejar registro para la historia.

Antes de llegar a Gastre pasamos por Telsen y Gan Gan, otras pequeñas localidades con gente sorprendida por el nivel de movilización, algo que los sorprendió muchísimo. Y en el caso de Gan Gan, niños vendían vasos de café –no iban a desaprovechar la oportunidad- a 50 centavos a quienes nos deteníamos a estirar las piernas. A la vuelta, el valor había aumentado al doble, un peso.

Un camino duro, mucha tierra, mucha piedra, que la sufrimos a la vuelta cuando decidimos cortar camino y tomar ruta de ripio desde Telsen hacia Florentino Ameghino. Pinchamos una cubierta y en el medio de la noche recambiamos, mientras rogábamos por no tener otro episodio similar, ya que no había más auxilio y deberíamos quedarnos varados.

Por suerte, no hubo más inconvenientes, sí un poco de hielo en la calzada de la Ruta 3 al llegar a Garayalde. Alguna coleada, un despertar abrupto para quienes veníamos descansando de un viaje largo.

La multitudinaria marcha de Gastre fue el golpe de gracia al proyecto del basurero nuclear, derrotó el intento del gobierno de Carlos Menem de avanzar con la privatización de las centrales nucleares e  imponer el primer repositorio de residuos radiactivos del planeta, y se convirtió en uno de los primeros movimientos en Argentina contra la destrucción del ambiente.

El año pasado, al cumplirse los 25 años de la movilización, Pablo Lada escribió en Tierra Viva: No puede comprenderse este fenómeno sin la figura rutilante de Javier Rodriguez Pardo, motor de la lucha antinuclear y fundador del Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH). Javier había recorrido cuanta escuela hubiera explicando el impacto de la actividad nuclear y motivando a la movilización social”

“Gastre es una referencia histórica de las luchas ecologistas y el hilo conductor hasta el movimiento de las asambleas contra la megaminería. Pero más importante es entender lo que significó el proyecto del repositorio nuclear y qué estigma pesaría sobre la Patagonia”.

 

 

 

 

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