IRIS BARRIONUEVO: NADA ES IMPOSIBLE

Por Nicolás Mulet

Su relación con el deporte comenzó a los 12 años paralelamente con dos disciplinas: “Empecé a nadar en el Huergo, no sabía nada, y en atletismo empecé por mi cuenta, nunca tuve un entrenador de chica pero me gustaba mucho correr”.

Luego, en el colegio secundario, jugó al vóley representando a la ENET Nº1 e integró el equipo del Club Municipal. “Desde chica tuve mucha formación deportiva y siempre me gustó el deporte y entrenar. Por tener esa formación, con los años continué con la disciplina de entrenar. Te forma muchos valores, te da buena conducta. El deporte contiene y te forma”, remarca.

A los 16 años, dejó Comodoro, específicamente el barrio Laprida, donde se crío, y se fue a vivir a Córdoba. En la docta comenzó con el profesorado de educación física, a la vez seguía jugando al vóley y corría por su cuenta cuando podía. Además, realizó el curso de guardavidas.

“A medida que fui creciendo me fui dando cuenta que quería estudiar el profesorado, porque me gustaba el deporte y también enseñar, que es mi otra pasión”, resalta Barrionuevo.

En el 2002 se vuelve a Comodoro, tuvo que dejar el vóley por una lesión en la rodilla y empezó a hacer Triatlón. Tres años después, ya trabajaba dando clases en el CUP, colegio al que le tiene mucho cariño y en el que sigue enseñando, y en el Huergo, con varios grupos de natación. En el 2008 arrancó a enseñar en el profesorado de Educación Física y no paró hasta la actualidad, está a cargo de la parte de natación. El Atletismo Master llegó después, hace 6 años.

Iris Barrionuevo confiesa que le “cuesta bastante mantener las dos disciplinas, el Atletismo Master y el Triatlón, me reparto, hago de todo un poco, por ahora me acompaña el cuerpo pero por ahí me lesiono y me cuesta recuperarme”. Y le aseguró a su entrenador Mario Rodríguez que hará dos temporadas más de triatlón y después solo se dedicará al Atletismo Master.

La atleta sostiene que el deporte le abrió muchas puertas y la hizo recorrer gran parte del país y otros lugares internacionales. “Cuando salís a correr afuera es algo maravilloso porque son otras realidades, compartís con atletas que tienen tu misma pasión. El deporte te abre muchas puertas, conocés lugares muy lindos y gente muy buena, tengo amigos del deporte, es algo que te queda para toda la vida”.

Asimismo, valora competir con atletas de otras ciudades ya que “tienen mejores condiciones, entrenar acá es muy duro, con frío y viento, estamos muy lejos de todo, los gastos son otros. Tienen más estructura de entrenamiento y eso es fundamental, te ayuda a mejorar el nivel y la calidad de deportista”.

Pero Iris Barrionuevo se adapta al duro clima sureño para entrenar y se potencia. Con el apoyo fundamental de su familia, sus hijos Matías, también triatleta, Leonel y su mamá Irma, que vive en Córdoba, le hace frente a todo.

“A veces cuesta mucho ordenarse entre ser madre, el trabajo y ser deportista, cuesta organizar los tiempos, dividir las cargas, pero nada es imposible. Es muy importante organizarse y sacar lo mejor de uno en lo que hace, como mamá, como profe y como atleta”, sentencia.