LA “PULGA AZUL”, EL PRIMER PUB DE COMODORO

La Pulga Azul abrió sus puertas en 1974 e innovó por completo la oferta que ofrecían las “confiterías” de entonces, como Reencuentro, Skorpio’S o la del Hotel Austral. Gustavo Bove Bonnet fue su dueño hasta que lo amenazó de muerte la Triple A.

jueves, 7 de abril de 2022 - 12:01

Por Luis Luján Dancheff

 

San Martín 239, Comodoro Rivadavia, Chubut. Es una dirección emblemática en la ciudad petrolera, que siempre fue utilizada para la distracción. Ya sea como salón de baile, como boliche bailable o como pub. Hoy funciona allí el Sotano Pub, pero hace casi 50 años comenzaba a caminar el primer pub de la ciudad, bautizado como la “Pulga Azul”.

En ese entonces, la puerta ubicada entre Ñaró, que vendía los trajes y ropa fabricada por la fábrica Suixtil (que también vestía a los pilotos de carreras), y Casa Robermar, negocio dedicado a la venta de instrumentos musicales, ropa de baile de todo tipo y discos, era como abrir la puerta a Narnia. Era un mundo nuevo, maravilloso, que rompía con las estructuras de entonces.

Entrar a la Pulga Azul, descendiendo por una gran escalera, para encontrarse con roperos, cómodas, elásticos de camas con almohadones, mesas de luz, era algo que sorprendía. Y mucho más cuando te sentabas dentro de un ropero, sobre una cómoda, y pedías una pava para tomar mate con tortas fritas. Era algo único, muy disruptivo para una época en que prevalecía el tema de Sui Generis, Aprendizaje. “Aprendí a ser formal y cortés, cortándome el pelo una vez por mes…”, cantaban Nito y Charly en esos años.

Quién escribe esto conoció la Pulga de adolescente. Voy a contar una infidencia. Cuando nos hacíamos “la rabona” en la secundaria terminábamos en ese lugar. Era algo único para quienes transitábamos la adolescencia.

Mercado de Pulgas

La Pulga Azul fue una idea de Gustavo Bove Bonnet, director de teatro, locutor y conductor de programas de radio en LRA 11 o Radio Nacional, su esposa Lola y Lito González.

Gustavo, Lola y su hermana, Laura (reconocida actriz), fallecieron. Pero en Comodoro vive Lito, que tiene una historia muy rica y diversa. Uno de los creadores de la Pulga, actor de teatro y de televisión (con protagónicos y actuaciones en varias novelas de éxito, caso Montaña Rusa). Lo conozco hace bastante y estuvo encantado de charlar sobre esa época. (Ver entrevista en video).

Lito contó que les surgió la idea de alquilar el espacioso salón y hacer una confitería, pero que no sería tradicional, con mesas y sillas. Las habría, pero el mobiliario principal fueron los muebles antiguos que “en el mercado de pulgas, en Buenos Aires, valían dos mangos”, recuerda Lito.

“Fueron Gustavo y Lola y se trajeron todos esos muebles, que servirían para sentarse o como límites de la pista de baile, que tenían una rayuela pintada en el piso. Pero también teníamos la idea de vender esos muebles. Ibas a tomar algo, te gustaba algo y lo podías comprar. Todo era así en la Pulga”, rememoraba Lito.

Otra de las características que tenía el boliche es que “no queríamos mozos, queríamos marcar la diferencia con el resto. Eras habitué, amigo de la casa, y podías terminar atendiendo una mesa. Esa informalidad nos encantaba, era diferente a todo lo conocido en Comodoro”.

Había un equipo de audio, bandeja y discos. “Me encantaba poner música, pero cuando el local se llenaba era imposible ir, cambiar los discos. A veces terminaba y se escuchaba el ruido de la púa, sin música. Entonces, Gustavo consiguió de la radio un grabador de cinta abierta, grabábamos y así zafábamos”.

“La gente bailaba si quería, jugaban a la rayuela. Hacían lo que les viniera en gana. Era muy hippie todo”.

Las razzias y las bombas

La semana anterior contábamos en esta columna sobre el accionar de una célula de la Triple A en Comodoro, que colocaron varias bombas y amenazaban a ejecutar sumariamente a personas que ellos consideraban de izquierda, comunistas. De allí que el nombre de esa agrupación parapolicial era Alianza Anticomunista Argentina (AAA) y Gustavo Bove entraba en esa categorización.

Lito recuerda ese momento, pero aclarando que él nunca fue amenazado, pero Gustavo sí, “y era por su actividad radial. Lo que decía, la música que pasaba (por ejemplo, Violeta Parra), era suficiente para ser considerado comunista”.

Lito González recordó que “hubo dos amenazas de bomba en el local. Una resultó falsa, pero la segunda fue real. El artefacto no estalló”. Ese día, el de la segunda bomba (5 de marzo de 1976) actuaba María Vaner, hermana de Norma Aleandro y esposa de Leonardo Favio. A las amenazas recibidas por Gustavo se sumaban las que recibía María Vaner, quien se exilió en España después de lo sucedido en Comodoro.

“En la Pulga presentábamos números artísticos. Recuerdo a Roberto Goyeneche, Cipe Lincovsky, una gran actriz, María Vaner. Era la época del café concert y traíamos esos números, cosa que no hacían otros”, recuerda Lito.

También era habitual en esos años “la llegada de la policía, bajaban por las escaleras y pedían documentos y a veces se llevaban a alguien. Eran las conocidas “razzias”. Era un lugar distinto, diferente y en los 70 tener cabello largo, pantalones ajustados era signo de vagancia o drogadicto. De esos años surgió que en Comodoro detuvieron a León Gieco, que lo llevaron a la Primera y le cortaron el pelo. En el 2009 pude entrevistarlo y me dijo que no había sido así. Lo llevaron a la Primera, pero no le cortaron el pelo.

Después de lo sucedido con María Vaner y la bomba, “Gustavo decidió emigrar, irse de Comodoro. Dejó su trabajo en la radio, le vendió la Pulga a Felix Diantina (no duró mucho) y se fue con su mujer, Lola, a Buenos Aires. Y yo me fui con ellos. Quería estudiar teatro y aproveché la oportunidad”.

Esa es la historia de la “Pulga Azul”, el primer pub de Comodoro Rivadavia.

Entrevista completa a Lito González

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