Spreen no le faltó el respeto al fútbol argentino, lo manchan otros todos los días desde arriba de un puente

Muchos se dijo en las últimas horas de lo que fueron los pocos segundos que estuvo el streamer en un partido de fútbol profesional, pero poco se habló de los otros episodios que verdaderamente manchan al fútbol argentino.

 domingo, 12 de noviembre de 2023 - 9:25

Por Agustín López

(@lopez_aguu)

Juega la Selección Argentina en busca de sellar la clasificación al Mundial del 2026 y en Argentina se frena por un par de horas la pelota del torneo local de la Primera División. Pese a que el campeonato entró en la recta final, el mundo del futbol argentino no debate quién será el campeón, sino la inclusión de un streamer de 24 años que aprovechó una propuesta para cumplir “el sueño del pibe”. 

Se trata de Iván Buhajeruk, de 24 años, ídolo de muchos de los chicos y chicas que hoy en día eligen a sus referentes a través de una pantalla y no sobre las figuras emergentes del deporte más popular del mundo. 

Spreen, como se hace llamar Iván Buhajeruk, es el centro de las críticas del ambiente del fútbol en el país por haber aprovechado la oportunidad de sentirse futbolista por un día. Él mismo lo comentó en su transmisión 24 horas después del partido. “A mí me dieron la anécdota de mi vida y la aproveché”, comentó ante miles de personas.

 

Tiene más de siete millones de suscriptores en YouTube y casi 10 millones de seguidores en Twitch, donde realiza sus habituales transmisiones. Su actuación de poco más de un minuto en Deportivo Riestra recorrió el mundo por ser reconocido a nivel mundial ya que es uno de los streamers de habla hispana con más seguidores. 

Ahora bien, la polémica que se armó en torno a su participación en el duelo ante Vélez con una crítica desmedida hacia su persona generó un debate paralelo sobre lo que ocurre en el fútbol argentino. “No le saqué el lugar a ningún pibe”, le respondió Spreen a aquellos que juzgaron su decisión tapando a los futbolistas que vienen de inferiores. 

Periodistas, usuarios de las redes sociales, dirigentes, hinchas, futbolistas y hasta entrenadores alzaron la voz sobre la movida de marketing que realizó Riestra amparándose en el reglamento. Hasta los campeones del mundo se expresaron sobre esta situación: “No es el mensaje que queremos dar”, dijo Leandro Paredes. “No estoy de acuerdo con lo que sucedió”, manifestó Rodrigo De Paul en la misma sintonía. 

 

Los mismos que reprocharon la actitud de Riestra y Spreen son los que avalan con su silencio el manejo en el fútbol argentino. Que no haya visitante, que se anulen los descensos en la mitad de la temporada, que cada año se juegue un formato distinto de torneo, de eso no dicen nada. Ni una palabra, ni siquiera Predes y De Paul que comparten mate con Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA, en la previa de cada partido de la Selección.  

Sin contar los arbitrajes polémicos, los negocios con las reventas de entradas con el visto bueno de los dirigentes, los insólitos días y horarios de partidos que le impiden a la gente seguir a su equipo, como fue el caso del debut de Spreen en Riestra, que por no contar con luz artificial en el estadio ubicado en el Bajo Flores de la Ciudad de Buenos Aires se tuvo que jugar un lunes a las cuatro de la tarde. 

Cada falta de respeto al fútbol, como catalogaron muchos lo que ocurrió en Riestra, proviene desde quienes lo manejan y no por un pibe de 24 años que aprovechó la oportunidad de ser futbolista por 24 horas.  

 

Lo que pasa en el fútbol argentino es responsabilidad de todos los que están metidos en esto. Los hinchas, los que se ven afectados diariamente con el manoseo que sufre el fútbol argentino, son los menos responsables, pero los que tienen el poder de exigir a quienes comandan este deporte que de una buena vez por todas se eleve la vara. 

Quizás esto que ocurrió con Spreen sirva para que de una buena vez por todas llegue la autocrítica al fútbol argentino para que vuelva a ser competitivo a nivel mundial y no solo un semillero del mundo que nutre a todos los equipos del planeta, menos a los clubes de acá que solo les queda hacer caja con sus joyas para tapar aquello que hacen mal quienes toman decisiones. 

Deberán ser los dirigentes de los clubes quienes tienen que dejar de criticar por las redes sociales y los canales de televisión para que por fin cambie algo en un fútbol cada vez más devaluado. 

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