Un héroe de Comodoro: la historia de Emmanuel Vilte, el argentino que dio su vida por Ucrania

Fue soldado voluntario en el Ejército Argentino y la invasión de Rusia a Ucrania lo movilizó para participar en el conflicto. Era un piloto de drones letal, lo que hizo que los rusos le pusieran precio a su cabeza.

miércoles, 9 de julio de 2025 - 9:31

Emmanuel “Coca” Vilte, un exsoldado argentino de 39 años nacido en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, perdió la vida en un ataque ruso de alta precisión en la ciudad de Pokrovsk, al este de Ucrania. Vilte, quien se había unido como voluntario a las fuerzas ucranianas en 2022, fue identificado como un objetivo clave por los invasores debido a su destacada habilidad táctica y su experiencia en el manejo de drones FPV, una herramienta crucial en el conflicto que lleva más de tres años sin visos de resolución.

Un camino de vocación y valentía

Emmanuel Vilte, conocido entre sus compañeros como “Coca”, había forjado su vida en Comodoro Rivadavia antes de tomar la decisión que cambiaría su destino. Estudió en la escuela Juan XXIII y en el Colegio Magisterio, y tras un intento fallido de ingresar a la policía, se alistó como voluntario en el Ejército Argentino. Sin embargo, fue el estallido de la guerra en Ucrania lo que despertó en él un profundo sentido de propósito. “Me empezó a molestar cómo fue la situación en la que Rusia invadió Ucrania”, confesó en una entrevista, reflejando su motivación para unirse a la causa ucraniana.

Tras meses de búsqueda de contactos, Vilte logró conectarse con un ucraniano en El Calafate, lo que lo llevó a integrarse a un batallón de hispanohablantes en Ucrania. Desde su llegada en junio de 2022, se destacó por su profesionalismo y valentía, participando en operaciones de alto riesgo, como la incursión secreta en Kursk, donde destruyó antenas y cámaras de vigilancia rusas junto a su escuadrón Valquiria, facilitando avances de la artillería ucraniana.

Un objetivo marcado

La destreza de Vilte en el manejo de drones FPV, que permiten una precisión quirúrgica en misiones de reconocimiento y ataque, lo convirtió en una figura temida por las fuerzas rusas. Su nombre y fotografía circulaban desde hacía meses en canales de Telegram rusos, donde fue señalado como un objetivo prioritario. Según Max Barrientos, un compatriota y compañero de armas, los rusos habían puesto precio a su cabeza debido a su eficacia en el campo de batalla. “Era uno de los mejores. Tenía una estabilidad de vuelo con apenas el 0,5% de error de trayectoria, algo dificilísimo de lograr”, afirmó Barrientos.

La madrugada del 7 de julio, un dron Shahed ruso, de tres metros de largo y 300 kilogramos, identificó la posición de Vilte en una casa de seguridad en Pokrovsk. El ataque, descrito como “quirúrgico”, tuvo como único blanco al argentino, quien falleció mientras sus compañeros sobrevivieron. “Los rusos sabían que ahí había pilotos. No fue casual”, explicó Barrientos, subrayando la intencionalidad del ataque.

Una vida transformada por el amor y la guerra

En Ucrania, Vilte no solo encontró un propósito en el combate, sino también una nueva vida personal. Durante su estadía, se enamoró de Maria Kolodiy, una modelo ucraniana, con quien se casó y tuvo una hija de un año, Sofía. A pesar de la crudeza del frente, Vilte soñaba con un futuro en paz para su familia. En una entrevista con el periodista Nelson Castro en diciembre de 2022, expresó la realidad del conflicto: “Estando acá mismo tenés miedo porque no sabés si te puede caer una bomba. El miedo no se puede controlar”. Su apodo, “Coca”, era una medida para proteger su identidad ante la inteligencia rusa, pero no fue suficiente para evitar su trágico final.

El dolor en Comodoro

La noticia de su muerte conmocionó a su ciudad natal. Sandra, su madre, compartió un desgarrador testimonio: “Era alegre, cantaba, vivía conmigo. Lo amo y lo voy a amar siempre”. Vilte, quien también dejó cuatro hijos en Argentina, era recordado por sus vecinos y excompañeros como un joven idealista, reservado pero decidido, con una profunda vocación de servicio. La comunidad de Comodoro Rivadavia, donde trabajó como repositor de supermercados antes de partir, llora la pérdida de un hombre que, movido por sus convicciones, cruzó el mundo para luchar por una causa que consideraba justa.

Un legado de valentía

La muerte de Emmanuel Vilte no solo representa una pérdida personal para su familia y amigos, sino también un recordatorio de los sacrificios de los voluntarios internacionales que se suman a conflictos lejanos por un ideal. Su historia, marcada por la valentía, el amor y el compromiso, trasciende fronteras y pone en relieve el costo humano de la guerra. Mientras el conflicto en Ucrania continúa, el nombre de “Coca” Vilte permanecerá como un símbolo de resistencia y humanidad en un escenario de devastación.

 

Fuentes: Infobae, La Nación y ADN Sur

 

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